La tarde cae en Ushuaia y con ella, se enciende la emoción. Partimos hacia el centro invernal, donde nos espera una experiencia intensa, completa y profundamente conectada con la naturaleza fueguina.

El primer paso lo damos sobre turba congelada, con raquetas de nieve en los pies y la luna como testigo. Caminamos bajo su luz plateada mientras el guía nos comparte historias del paisaje y del castor, especie que marcó la historia ambiental de la isla.

Cuando el ritmo del trekking amansa el alma, llega el momento de agitar el corazón: las motos de nieve nos esperan listas para recorrer senderos blancos entre árboles centenarios. ¡La nieve vuela y la sonrisa se congela de alegría!

Seguimos con un encuentro inolvidable: la experiencia mushing. Aquí, sin subir al trineo, nos sumergimos en el mundo de los perros de trineo, interactuando, guiando y aprendiendo de su nobleza y energía.

Y por si fuera poco, nos calzamos los esquíes para vivir una clase de ski de fondo rodeados de paisajes que parecen eternos. La nieve se desliza bajo nuestros pies mientras aprendemos un nuevo lenguaje del invierno.

Cerramos esta jornada de sensaciones con lo mejor: una cena-show regional, saboreando platos típicos y brindando por una aventura que quedará grabada en el alma.